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Faro Tarifa

En sus orígenes se trataba de una torre almenara construida por el Rey Felipe II en 1588. Formaba parte del sistema de torres que velaban por la seguridad y vigilancia de nuestras costas ante la invasión de los constantes ataques de los piratas berberiscos del norte del continente africano. Fue durante el reinado de Fernando VII cuando se erigió como faro para servir de referencia a la navegación en el Estrecho con alcance de 30 millas.

Cabe destacar un punto importante en la historia de esta construcción pues al ser constituido como faro, se convirtió en la segunda edificación de estas características en la costa gaditana. Con su altura este gigante de la antigüedad es visto desde casi todos los puntos de Tarifa. Fue encendido por primera vez el 1 de junio de 1822

Se ubica en la Isla de las Palomas, que tiene una superficie de 30 hectáreas, y ha tenido varios usos a lo largo de la historia entre los que se encuentra el militar y hoy, custodiado por cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, sirve de centro de internamiento de extranjeros. Podemos decir sin temor a equivocarnos que se halla en la parte más meridional de Europa, siendo la divisoria geográfica entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo.

Esta torre es troncocónica de sillería encalada de 438 metros sobre el nivel del mar y 33 sobre el terreno.

Es faro de unión a los de Punta Europa, Ceuta y Trafalgar, y una luz recalada en Cabo Espartel, se consideran suficientes para garantizar la navegación en el Estrecho.

Hoy podemos identificarlo por un ritmo de grupo de tres destellos en diez segundos con un alcance de 26 millas náuticas.

Faro testigo de numerosas migraciones animales y humanas de la historia del hombre y de una tierra en la que se entiende la vida diferente al resto del mundo. Sin lugar a dudas es su entorno un enclave a visitar.

Cerca en dirección a la ciudad de Algeciras hay un mirador que nos da buena cuenta de la visión del Faro de Tarifa y podemos comprobar como el Estrecho de Gibraltar con tan solo 14 kilómetros es el nexo de unión de dos continentes: Europa y África, el encuentro de dos mares: Atlántico y Mediterráneo, y de dos culturas y religiones: musulmana y cristiana.