Torre Castilnovo
En el año 1295 el Rey Sancho IV conocido como el Bravo, recompensó a Don Alonso Pérez de Guzmán su heroico comportamiento en el sitio de Tarifa, haciéndose una serie de mercedes entre las que se encuentran el privilegio de las almadrabas de esta costa.
Así, Guzmán el Bueno para proteger sus almadrabas construyó una serie de torres vigías, que entraron a formar parte de la fortificación defensiva contra las invasiones. Este rosario de torres jalonaba la zona desde Ayamonte a Gibraltar, y se ponían en alerta mediante un sistema de ahumados y señales de fuego, avisando a las poblaciones para que estuviesen alertas.
Según los datos de que disponemos procedentes del archivo ducal, esta torre se encontraba reforzada de un recinto amurallado desde donde se calaba también la Almadraba de Castilnovo o Conilejo, hasta que el maremoto (tsunami) de 1755 dejó prácticamente destruido salvo la torre que sigue erguida hasta nuestros días en uno de los parajes naturales más conservados de todo el litoral atlántico andaluz.
Esta torre se construyó sustituyendo la torre de conilejo que previsiblemente se encontraba muy cerca; por lo que podemos afirmar que esta que contemplamos actualmente data de la época del VI Duque de Medina Sidonia Juan Alonso Pérez de Guzmán y Zuñiga (1518-1558).
Formaban un conjunto defensivo junto con la Torre Roche, Torre Blanca, Torre Atalaya; quedando solo en la actualidad Torre Rohe y Torre Castilnovo.
Almadraba de Tiro o de Vista son almadrabas de estructuras sencillas, que no han perdurado hasta nuestros días. La almadraba “de tiro” consistía en una red que, al avistamiento del cardumen de atunes, se desplazaba con un movimiento envolvente para realizar la captura. Este tipo de pesca precisaba de vigías en torres cercanas a la costa, que alertaban del paso de atunes, para iniciar el proceso de la pesca.
Se requerían gran cantidad de hombres, al que se sumaban animales que aumentaban la fuerza para poder arrastrar hasta la orilla las redes con la carga de los atunes capturados.